10 noviembre 2009

La alegría de un triunfo

Quiero compartir con ustedes, la alegría de un triunfo, en el que Moratalaz tiene su parte. Sin olvidar que para que un equipo haga podium otros no pueden subir, lo que genera sinsabores, que no se si compensa.



Mis hijas son unas de las 7 integrantes del equipo de Senior del Club Chamartín y ha quedado primero en el Campeonato Autonómico de Conjuntos de este domingo, clasificatorio para el de España. Este equipo se ha hecho con la incorporación de gimnastas que vienen de distintos clubes, creo que porque son edades donde hay pocas gimnastas que continúen. Y creo que ha congregado el aprendizaje de todos estos años hasta llegar hasta aquí. Esto es lo más positivo, no tanto la pertenencia a un club, tanto como la práctica de un deporte que no se que tiene, pero las atrapa. Eso es lo que más comparten: el amor a la rítmica.


Desde mi humilde opinión observo que tanto Chamartín como Moratalaz comparten muchas gimnastas en escuela y club, entrenadoras capacitadas, trabajadoras, y entregando muchas horas no remuneradas, con unos padres (en Chamartín me ha llamado la atención como se implican los padres -varones- ) y madres muy comprometidos, todos con un espíritu deportivo y fomentando el pasarlo bien. La gran diferencia entre ambos es que Chamartín tiene una experiencia de muchos años y cuenta con más cantidad de recursos, económicos y humanos. Por eso veo muy loable hasta donde ha llegado Moratalaz.


Ambos clubes participaron con su conjunto de Juniors con un muy buen ejercicio y gimnastas estupendas y a los dos le sucedió que no recogieron lo que esperaban. Es una competición muy dura, se presentan equipos muy buenos.




Nunca entenderé cómo se puntúa en rítmica, cuando lo veo bien ... puntúa bajísimo, pero sale un aparato, que me dijeron que era lo peor, y hacen podium. No se nada de rítmica y me ha gustado poco este deporte. Aunque de su paso por Moratalaz las hijas han recogido disciplina, responsabilidad, gusto por las cosas bien hechas, recompensa del esfuerzo, cariño por las compañeras, respeto por las competidoras, valentía para salir a un tapiz, aceptación del fracaso, alegría de los éxitos. Todo esto como madre no se lo sabría enseñar, y quiero agradecer a todos los que han hecho esto posible.

Ánimo, que todo está por hacer. Si de algo me arrepiento es de haberme quedado, sólo, en no ser un obstáculo a lo que mis hijas querían, pero no he ido más allá.

Cariños

Bibiana, madre de Rocío y Paula

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